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Trastornos

DERMATILOMANÍA, CUANDO ARRANCARSE LA PIEL SE CONVIERTE EN PLACER

By 26 julio, 2015febrero 11th, 2024No Comments

Tengo una amiga que durante años se ha encerrado en el baño para destrozarse la cara. Buscaba alguna imperfección en su piel y la rascaba durante horas. No sabía por qué lo hacía, ni cuándo aquello se había convertido en algo habitual en su vida, pero lo que más le preocupaba es que no podía parar. Por mucho que después de cada sesión se prometiera no volver a caer, no lograba resistir esa tentación.

Mi amiga tiene la piel blanca y también muy sensible. A la mínima que se rasque se le forma una rojez, aunque desaparece al poco tiempo. También tiene la piel grasa, por lo que la aparición de algún grano o un punto negro siempre es una amenaza. Me cuenta que durante la adolescencia lo pasó bastante mal con este tema. Con los años se convirtió en una entendida en cremas, jabones, lociones, y en todo aquello que puede ayudar a tener una buena piel. Pero todo eso daba igual si era ella misma quien se infringía el mayor daño.

Explorar y rascarse es normal. No es tan normal si te provocas heridas, sangras y continúas con ello. Más preocupante es si esta práctica se extiende a lunares, manchas y piel perfectamente sana. Tiene pequeñas cicatrices por la cara, el pecho, la espalda, los brazos y en cualquier sitio donde sus manos pueden llegar. Las disimula con un poco de maquillaje. Alguna de estas marcas desaparecerán con el tiempo y otras se quedarán ahí para siempre, sobre todo en aquellas zonas en las que también utilizaba agujas y pinzas para escarbar mejor.

Es algo que ha explicado a muy pocas personas. La vergüenza y el miedo a que se descubriera esta «afición» entorpecían su vida, desde tener que anular citas porque había entrado en trance y se le había pasado la hora, hasta tener que renunciar a según qué ropa que dejaría al descubierto ciertas partes de su cuerpo. Es fácil imaginar la ansiedad que le provocaba todo esto, algo que no ayudaba a controlar ese impulso autodestructivo.

Ahora sabe que lo que le pasa se llama dermatilomanía. Es un trastorno muy relacionado con la tricotilomanía (arrancarse el pelo) y con la onicofagia (morderse las uñas), que son conductas repetitivas orientadas al cuerpo y forman parte de los trastornos obsesivo-compulsivos.

De momento es algo que va con ella. A veces se siente más tentada y sabe que si se deja llevar experimentará una sensación de placer y liberación casi inigualable, pero también sabe que todo eso se esfumará tras la culpabilidad y el arrepentimiento que vendrán después. Ahora es mucho más consciente de su problema y ha aprendido cómo tratarlo para que cada vez interfiera menos en su vida:

#1. En primer lugar hay que marcarse un objetivo y tener claras las razones por las cuáles se quiere conseguir. De esta manera se logra una mayor identificación y compromiso con el proceso de cambio que se va a llevar a cabo.

#2. Es importante aprender a identificar aquellas primeras señales que indican que se puede perder el control, como son notarse más tenso o inquieto, la respiración más acelerada, taquicardias, temblores…

#3. Una vez identificadas estas señales, la idea es desconectar la escalada de impulsividad haciendo alguna otra actividad que sea emocionalmente beneficiosa. Es momento de tirar de hobbies y aficiones. De esta forma no se deja tiempo para llevar a cabo aquello que queremos eliminar y a la vez se refuerzan estas alternativas por la satisfacción que producen.

#4. También hay que tener en cuenta aquellas variables externas que pueden facilitar un episodio de descontrol. En este caso, por ejemplo, limitar el tiempo de estar en el baño o la distancia desde la cual mirarse en el espejo.

#5. Y por último, para no perder la motivación es conveniente llevar un diario sobre cómo evoluciona el proceso que se está llevando a cabo. De esta forma se pueden apreciar mejor los logros que se consiguen, se deja constancia de los recursos que son útiles y se pueden analizar mejor las recaídas que se puedan tener para tomar nuevas medidas. Como la estética es una parte importante de esta problemática, es muy recomendable acompañar este diario con imágenes y fotografías.

Toni Mateo

Inpside | Psicólogo en Barcelona

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