Quién es Martin Creed.
Martin Creed puede ser considerado el artista más original y polifacético del Reino Unido, y en ocasiones también el más difícil de comprender. Ganador del siempre controvertido Premio Turner en 2001 por su Work No. 227: The lights going on and off, se puede decir que su obra tiene por objetivo simplificar la realidad que nos envuelve a partir de unos pocos objetos cotidianos. Es entonces cuando su trabajo finalmente toma forma a través de las sensaciones y las impresiones del público al observar sus creaciones, manifestando su verdadera intención que no es otra que intentar reflejar nuestra complejidad.
Con un espíritu muy emocional y empático, Martin Creed defiende un arte creado para ser usado, para ser definido por aquello que el público lleva dentro, por aquellas conexiones y sentimientos que su trabajo despierta en el espectador y que éste vuelca de nuevo sobre su obra. En su ideario no cabe el concepto de lo que es realmente el arte, no pretende definir lo que es y no es arte, sino que invita al observador a etiquetar y darle sentido a lo que tiene delante para decidir qué hacer y cómo tratar su obra. Este ejercicio de exposición y honestidad, concebido como un juego al que nos hace participar casi sin darnos cuenta, es lo que realmente da sentido a su trabajo y sirve como ejemplo de cómo categorizamos, interpretamos y construimos la realidad.
Vitalidad. Profundidad. Banalidad.
Work No. 975: Everything is going to be alright.
Luces que se encienden y se apagan en un espacio vacío en blanco, atletas corriendo entre los visitantes de una sala del Tate Britain, campanas y timbres sonando de forma estridente durante 3 minutos para dar la bienvenida a los Juegos Olímpicos de Londres en 2012. Las obras de Martin Creed nacen de una vitalidad que va más allá de lo que esta palabra encierra. Se mueven a medio camino entre la profundidad que se supone que posee la condición humana y la banalidad que caracteriza la sociedad que hemos creado. Las luces de neón se han convertido en un material habitual en su trabajo para poder hacer más evidente este contraste, ofreciendo una experiencia tan contradictoria como espectacular.
La obra Work No. 975: Everything is going to be alright es uno de los trabajos más emblemáticos de Martin Creed. En un escenario inmejorable, anclada en la fachada del Scottish National Gallery of Modern Art One de Edimburgo, es recomendable visitarla al caer el sol, cuando la oscuridad de las noches escocesas amenaza con no tener fin. El azul neón destaca sobre el cielo sombrío, aumentando su brillo con cada paso que das por los oscuros jardines que rodean la galería. Hasta plantarte ante una frase tan familiar como cotidiana, que a todos nos gusta escuchar. Entonces te das cuenta que esa idea tan recorfortante tiene su cruz, que no es otra que aceptar que algo puede no estar bien, que nada puede estar bien y que incluso puede acabar fatal. Una simple expresión, en medio del viento frío, que recuerda lo importante que es tolerar la incertidumbre cuando estás perdido. Una llamada a la esperanza en medio de la noche en un momento de dudas.
Foto: Work No. 975: Everything is going to be alright – Toni Mateo
De esta manera, Martin Creed juega con nuestras inseguridades, con nuestros miedos, con la forma en la que vemos lo que ocurre en nuestra vida. Nos da la oportunidad de contestar a una pregunta no formulada que esconde mucho más de lo que a simple vista presenta. «Todo va a ir bien». Pero no hay una única respuesta, sino que simplemente hay repuestas, algunas más acertadas, otras más equivocadas. No hay una realidad concreta, sino que simplemente hay realidades simultáneas, algunas más compatibles, otras más incompatibles. En nuestra mano está la opción de darle un sentido voluntario, único y personal a nuestra vida.
Toni Mateo
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